jueves, 21 de febrero de 2013

Artemisia Gentileschi

 Judith Holofernes decapitación , óleo sobre lienzo, 158,8 x 125,5 cm,
 Museo Nazionale di Capodimonte, Nápoles

Artemisia Gentileschi aparece como la auténtica princesa del barroco italiano con luz propia, entre los grandes artistas del barroco: Caravaggio, Velázquez, Rembrandt, Ribera, etc.

Los comienzos de su obra vienen marcados por una trágica violación cuyo rechazo por parte de Artemisia quedará plasmado en una serie de grandes pinturas en torno a Judit y Holofernes. Judith, heroína hebrea, cortó la cabeza de Holofernes salvando a Betulia de la esclavitud.

Artemisia se identifica con esta figura bíblica repitiendo la sangrienta escena de la degollación de Holofernes. Pero no sólo es importante por el desarrollo de estos temas, si no que lo es también por una obra extensa en la que la mujer, llámese Susana o Esther, tiene un lugar destacado.


Judith Holofernes decapitación , Óleo sobre lienzo, 199 x 162 cm
Autorretrato como la Alegoría de la Pintura (Autorretrato como Pittura La)


Esto es un extracto de la conferencia que el pintor Juan José Abella dió en el marco de conferencias organizadas por el Grupo de Pintores de Sant Andreu (Barcelona), sobre Artemisia Gentileschi el pasado 21 de enero de 2013. 

lunes, 18 de febrero de 2013

Pintura Románica

Sant Climent de Taüll
En torno a los años 1.000 / 1.250 se desarrolla en el cristianismo el llamado Arte Románico del cual vamos a analizar su pintura. Podemos decir que el arte románico aflora unos 500 años después de la caída del Imperio Romano y por consiguiente tiene como antecedentes el propio arte romano y el desarrollo que se da entre los diversos países romanizados: el arte visigodo y el mozárabe en España, el otomano en Alemania, el arte irlandés e inglés, etc.

La pintura románica se caracteriza fundamentalmente por su alto contenido espiritual, la carga de símbolos e incluso de programas iconográficos. Hoy resulta muy difícil una aproximación real por el alto grado de laicización de la sociedad que ha dejado de lado el sentido de la trascendencia y lo ha remplazado por una iconografía profana y laica.

Se trata de una pintura fundamentalmente conceptual, no le interesa tanto el modelado y la expresión natural como la plasmación de su didáctica trascendente. Carece de perspectiva, al menos en el sentido de los descubrimientos del renacimiento, y la línea del horizonte y las líneas de fuga quedan reemplazadas por bandas de colores planos.

En todo caso la perspectiva usada sería una perspectiva jerárquica, es decir, las figuras más importantes son más grandes que las secundarias siempre de acuerdo con su sentido de transcendencia.

Tiene muchísima importancia el dibujo, trazos vigorosos y contundentes recortan formas planas.  Esto puede explicar el asombro de Picasso ante las pinturas de Gósol identificándolas con su misma forma de hacer pintura.

Visite en el MNAC la Colección de Arte Románico de Catalunya. Entrará como en un santuario donde las imágenes imitan a la reflexión, al silencio y a la pequeñez frente a la transcendencia divina, reflejada a lo largo de tres siglos medievales.

San Isidoro de León
Santa Cruz de Maderuelo
San Baudelio de Berlanga