lunes, 18 de febrero de 2013

Pintura Románica

Sant Climent de Taüll
En torno a los años 1.000 / 1.250 se desarrolla en el cristianismo el llamado Arte Románico del cual vamos a analizar su pintura. Podemos decir que el arte románico aflora unos 500 años después de la caída del Imperio Romano y por consiguiente tiene como antecedentes el propio arte romano y el desarrollo que se da entre los diversos países romanizados: el arte visigodo y el mozárabe en España, el otomano en Alemania, el arte irlandés e inglés, etc.

La pintura románica se caracteriza fundamentalmente por su alto contenido espiritual, la carga de símbolos e incluso de programas iconográficos. Hoy resulta muy difícil una aproximación real por el alto grado de laicización de la sociedad que ha dejado de lado el sentido de la trascendencia y lo ha remplazado por una iconografía profana y laica.

Se trata de una pintura fundamentalmente conceptual, no le interesa tanto el modelado y la expresión natural como la plasmación de su didáctica trascendente. Carece de perspectiva, al menos en el sentido de los descubrimientos del renacimiento, y la línea del horizonte y las líneas de fuga quedan reemplazadas por bandas de colores planos.

En todo caso la perspectiva usada sería una perspectiva jerárquica, es decir, las figuras más importantes son más grandes que las secundarias siempre de acuerdo con su sentido de transcendencia.

Tiene muchísima importancia el dibujo, trazos vigorosos y contundentes recortan formas planas.  Esto puede explicar el asombro de Picasso ante las pinturas de Gósol identificándolas con su misma forma de hacer pintura.

Visite en el MNAC la Colección de Arte Románico de Catalunya. Entrará como en un santuario donde las imágenes imitan a la reflexión, al silencio y a la pequeñez frente a la transcendencia divina, reflejada a lo largo de tres siglos medievales.

San Isidoro de León
Santa Cruz de Maderuelo
San Baudelio de Berlanga


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